Desde el instante que asomamos la cabeza en el mundo se nos educa para ser infelices, la familia en la más tierna infancia nos dice como debemos ser y pensar, los amigos en la adolescencia nos marcan pautas para ser aceptados, en la juventud descubrimos que si queremos tener una “buena vida” debemos seguir unas normas de conducta; Un buen empleo, una pareja, hijos, posesiones.... Pero jamás nadie nos dice que seamos nosotros mismos, que escuchemos nuestra Voz, nuestra alma.
En la Vida, lo similar atrae lo similar, materializamos nuestro pensamiento para crear una realidad. Así, si pensamos que lo correcto es estudiar una carrera, obtener con ello un empleo estable, una gran casa, coches......¿realmente esto nos hace felices?
Estamos en un momento crucial, donde la crispación nos absorbe, estamos tan centrados en nuestras carencias, que no hacemos más que alimentar la duda, el temor, inseguridad......
Lo similar atrae a lo similar. Si solo tenemos pensamientos negativos, en nuestro entorno solo se materializaran sucesos negativos. Anidan en nuestra mente, poco a poco vamos alimentándolos, haciéndolos crecer, hasta que nos controla desde el interior de nuestro Ser. Somos los culpables de nuestros miedos, de nuestros bloqueos.
A todos nos ha pasado alguna vez, que de pronto una idea negativa se instala en nuestra mente, “Seguro que se me rompe el coche”, esa idea empieza a crecer, cada vez más intenso, hasta que al final, se nos rompe el coche, en ese instante decimos “lo sabía”. No es así, nosotros hemos dado luz verde a una idea negativa, la hemos mimado, alimentado, hasta que al final se ha materializado.
La vida no es otra cosa que la proyección de nuestros pensamientos.
Cuando nos levantamos algo decaídos, sin saber bien porque, decimos, estoy enfermo, empezamos a buscar en nuestro cuerpo alguna pista que delate la “enfermedad” hasta que logramos enfermar. Nuestro cuerpo empieza a manifestar dolencias reales, nos cuesta andar, nos sentimos débiles, nos duelen las articulaciones, tenemos insomnio, jaqueca, falta o exceso de apetito, y una vaguedad increíble. ¿qué nos está ocurriendo? Llevamos tanto tiempo asustados, preocupados por la crisis económica, tan ocupados en lo material, que nos estamos alejando de lo importante, nuestra felicidad.
Debemos ir eliminando de nuestra mente los pensamientos negativos, con nuestra conducta autodestructiva, inconscientemente, estamos alimentando unas energías negativas que están tomando terreno en nuestro entorno. Irascibilidad, insatisfacción, miedo, agresividad, odio...
Alimentemos las energías divinas, el amor, el arte, la cultura, la alegría, la risa. Escojamos libros alegres, novelas entusiastas, que nos animen, que nos hagan soñar, películas de risa, que nos ayuden a elevar nuestras energías, música relajante, o motivadora. Huyamos de las reacciones, personas o situaciones negativas, que generan tensión en pos de compañías o momentos que nos motiven en la lucha, en el compañerismo, que nos ayuden a crear un futuro mejor.
Los problemas solo existen en nuestra mente, si es real la crisis que hay, pero si nos paramos a pensar, solo un momento, veremos que todas las angustias, las noches de insomnios, estábamos preocupándonos en exceso, al final, gracias a Dios, nuestros miedos, en la mayoría de los casos no se materializaron.
Pensemos en el significado de la palabra preocuparse... pre-ocuparse, nos ocupamos antes de tiempo de una situación ilusioria, que como aún no ha ocurrido, no es el momento de ocupar nuestra atención. Rompamos con esa insana costumbre, dejemos de pensar en lo que no ha ocurrido. Dejemos ya de una vez de castigarnos antes de tiempo.
En esta nueva era, os propongo algo.... aprendamos a Vivir, a Ser, vayamos hacia la felicidad.
I.R.